top of page

Aquarius, aquarius

“Hace ya 50 años, el 4 de febrero de 1962, daba comienzo la Era de Acuario. Ese día se produjo un evento sideral, en el cual los planetas del sistema solar se alinearon, describiendo una especie de "danza cósmica" y anunciando así el inicio de la Nueva Era. Al mismo tiempo comenzaron a desarrollarse hechos y eventos que marcarían la influencia de Acuario en la vida terrestre. Un signo revolucionario, lleno de un tremendo impulso hacia la realización pero también mutable, cambiante, con una gran tendencia hacia la volubilidad, comenzó a regir la vida en el planeta”. Con esas palabras comienza hablando de la era de Acuario la página de Gnosis Hoy, dando por cierto que la alineación de planetas en acuario del 4 al 5 de febrero de 1962 es la fecha de arranque a la era del signo de aire fijo del zodiaco.Ocho años antes de la entrega Gnosis Hoy, y exactamente cuarentaidós años después del mencionado evento cósmico, el 4 de febrero del año 2004 del Calendario Gregoriano, y como para dejar muy en claro que tratándose de Acuario el ciclo de Urano es el que rige, un adolescente Mark Zuckerberg puso a disposición de los usuarios Thefacebook, un evento social en el cual las personas se alinearon en una especie de “danza cibernética” y anunciando así el inicio de una nueva era. Al mismo tiempo comenzaron a desarrollarse hechos y eventos que marcarían la influencia de Acuario en la vida Terrestre… Mark Zuckerberg nació el 14 de mayo de 1984 en Nueva York, es un Tauro con ascendente Escorpión y Urano en la casa uno en Sagitario, un dato relevante para la astrología, una disciplina acuariana dedicada a la interpretación del cielo, pero irrelevante para los usuarios de la red social más popular del mundo, que de seguro no rinden el merecido homenaje a su creador cada vez que ingresan a ella, aunque hoy sabemos que no fue el único, por decirlo en forma elegante. El dato de que Zuckerberg haya nacido bajo la influencia de Tauro, y en una ciudad Leo con la Luna en Tauro en su carta natal, no parece condecirse con la era que la película Hair se encargó de poner en el firmamento del celuloide entonando desde el Central Park “when the moon is on the seven house, and jupiter… aquarius, aquarius…” sin embargo la era de Acuario es mucho más que sólo Acuario.La era de Acuario implica que el punto vernal se ha trasladado de la constelación de Piscis a la de Acuario, por el movimiento llamado de precesión de los equinoccios, que se produce a causa del bamboleo que genera la inclinación del eje de la Tierra al rotar, lo que hace que cada 26.500 años aproximadamente el punto vernal recorra todo el zodiaco en reversa, o lo que es lo mismo, recorra de atrás para adelante los 360 grado de la elíptica. El punto vernal es el punto del comienzo del la primavera del hemisferio norte, relacionado por lo mismo con los ciclos estacionales y con el signo (no la constelación) de Aries, que inaugura el zodiaco tropical, que parte el 21 de marzo junto con el despertar de esa estación, un signo relacionado además con la casa uno y con el ascendente de una carta. Ahora bien, cuando hablamos de ascendente necesariamente hablamos de su contrario, su descendente, y cuando mencionamos al eje equinoccial invocamos necesariamente al eje solsticial, lo que implica que si el punto vernal está en Acuario se activa no sólo este signo, sino toda la cruz a la que pertenece, la de los signos fijos, que pasarán a ocupar los ángulos de lo que podríamos llamar la Cruz Acuariana, que tendría en su ascendente al signo fijo de Acuario, en su descendente al signo opuesto de Leo, en su MC a Escorpión y en su FC o IC al signo de Tauro, de tierra y fijo, que bajo ésta óptica sería de singular relevancia para el avance de la nueva era, desde el estado de crisálida en el que se encuentra, a la mariposa en que habrá de convertirse algún día.Para comprender la Cruz Acuariana es necesario observar el periplo de la era anterior, la de Piscis, cuya simbología está asociada al cristianismo como la Luna lo está al Sol, y que nació junto con El Mesías, un niño que debió ser un príncipe, tener sangre azul y mecerse en cuna de oro, pero en lugar de eso nació en un sencillo pesebre bajo el auspicio de una estrella, noticia que fue tomada como una ofensa de tal envergadura entre propios y ajenos, que trataron de eliminarlo no bien llegado a este mundo, y se salvó de puro milagro, de hecho su vida fue un milagro de principio a fin, y se dedicó a repartir milagros en vida y aún después de su partida siguió haciéndolo, porque su reino no era de este mundo sino de otro, un reino intocable, inaudible y sólo visible a los ojos de la fe, un reino sutil muy superior al mundo material. Siglos después de que Jesús viviera su pasión el imperio que había patrocinado a sus verdugos se derrumbaba al punto de tener que retirar al Emperador de su capital, Roma, una ciudad que más tarde se levantaría de sus cenizas gracias a sus seguidores, los cristianos, que para entonces se contaban por miles, quienes la rescataron y reinventaron convirtiéndola en la capital del cristianismo, un cristianismo que a su vez se refundió en el crisol del antiguo imperio, y que le daría a la ciudad de Roma sus más grandes glorias, recaudando para su causa triunfos espirituales y materiales que habrían hecho palidecer al mismísimo Julio Cesar, conseguidos a capa y espada en muchas ocasiones.El por qué Roma se convirtió en la capital del cristianismo encuentra explicación en el hecho de que ahí fueron sepultadas las reliquias del Apóstol Pedro, cuyo sepulcro fue la piedra angular para la elevación de la Catedral consagrada a él, pilar principal de la Iglesia Católica, una explicación muy válida para los fieles de la era de Piscis, pero no a los ojos acuarianos, ávidos de encontrar respuestas mirando las estrellas.El por qué Roma se convirtió en la capital del cristianismo tal vez encuentra su razón estelar en el hecho de que la era de Piscis no implica sólo al signo de Piscis, sino también la Cruz Pisciana, una cruz que tiene su ascendente en el signo del pez, en su descendente al de la Virgen, en su medio cielo al del centauro y en su fondo de cielo al de los gemelos, con todas sus estrellas, entre ellas las célebres Castor y Polux, bajo cuyo auspicio se erigió la antigua Roma, la Roma pre cristiana, una ciudad consagrada a un par de gemelos llamados en la tradición latina Rómulo y Remo, hijos de un templado Marte y Rea Silvia, una sacerdotisa a la que violó engendrando en el acto a los mencionados gemelos, que sobrevivieron a la orfandad gracias a que fueron amantados por una loba y vivieron para fundar la Ciudad de las siete Colinas en el siglo siete a.c. Tomando como augurio el vuelo de una parvada de doce pájaros Rómulo decidió consagrar la naciente urbe al monte Palatino, y para dejar muy en claro su decisión a su hermano, que se inclinaba a consagrarla al monte Aventino según lo señaló el vuelo de seis aves, un augurio que resultó poco convincente, trazó fronteras con carácter de inexpugnables. Gemelos al fin, Remo desafió las órdenes de su hermano y traspasó la citada frontera, lo que le costó a él la vida y a su hermano la tranquilidad de consciencia. Para congraciarse con Remo, Rómulo llamó Roma a una ciudad que nacería para renacer una y otra vez hasta alcanzar la eternidad, al convertirse en la residencia del representante de Dios en la Tierra, y desde la cual el cristianismo emprendería una de las empresas imperiales más ambiciosas de la historia humana: la difusión de la palabra sagrada de su fundador y los evangelios por todo el mundo, el bautismo de cuánto humano hubiera sobre la tierra, la recuperación de Tierra Santa, por mencionar sólo sus principales aristas, en la inteligencia de que todos los caminos debían llevar a Roma, o lo que es lo mismo, las todas las partes debían incluirse en el todo, o sea en Dios. Una de las naciones que más aportó para tan noble causa fue Castilla, cuya reina financió al navegante Cristobal Colón un controversial viaje allende lo que se conocía como Finis Tierrae, una aventura que sumaría a los fieles seguidores de la Roma papal la fe de seres que habitaban otro mundo, llamados indianos, hombres y mujeres de piel oscura, lenguaje incomprensible y a los que primero debieron estudiar para determinar si tenían un alma capaz de conocer y amar a Dios, su Dios. La aventura terminó sin que la reina castellana y el emprendedor marino pudieran ver su éxito rotundo, un éxito no sólo para la religión sino para la consolidación de España, una nación regida según la astrología por el signo de Sagitario, signo de fuego mutable y que ocupa el medio cielo de la Cruz Pisciana. Tampoco vivieron para ver sus efectos secundarios, el concepto de un mundo moderno, diverso y antropocéntrico, ni para saber que el castellano llegaría a ser uno de los idiomas mas hablados en el orbe.Visto de esta manera resulta comprensible que el posicionamiento de la Era de Acuario en el firmamento de nuestra historia arrancase en una ciudad regida por el signo del Toro o de la vaca, según que versiones, más aún, una ciudad con la Luna en Tauro, como lo es Nueva York, una Luna exaltada que podría aclarar el por qué de algunos tópicos puestos en el tapete por los espíritus acuarianos, que proliferan como la peste y protagonizan la revolución de lo cotidiano, una nano revolución que postula que el cambio parte de la mujer y del hogar, de lo que consumes, de lo que desechas y cómo lo desechas, de lo que reciclas y cómo lo reciclas, de lo que regalas para que otros puedan seguir aprovechándolo, y un largo etcétera… una nano revolución que sin embargo tiene un ambicioso objetivo: salvar a Gaia, a la Madre Tierra, al planeta que muere día a día bajo capas y capas de asfalto, cemento, fierros y otros metales arrancados de sus propias entrañas, que no hacen sino borrar el camino de regreso a casa, al hogar, al nido ancestral cálido y nutritivo que es nuestra madre naturaleza, nuestra amada y sobre todo necesaria Pacha Mama, a la tierra fija taurina y femenina, el paraíso terrenal que soñaron muchos hippies que cambiaron el Central Park y la 5ta Avenida por comunidades insertas en el vigor de la naturaleza, donde sembraron la semilla de un nuevo mundo espiritual, amoroso, verde, renovable y biodegradable. Si la astrología y la página de Gnosis Hoy no se equivocan, el próximo 4 de febrero de 2013 la era de Acuario podría estar celebrando su cumpleaños número 51, y Facebook su noveno año de existencia, fructíferos años que han ayudado a descongelar corazones que permanecieron en estado de hibernación por años, a reencontrar antiguos amigos, a encontrar otros muchos, y aunque haya advertencias acerca de sus peligros parece que el saldo ha sido mayoritariamente positivo. Su fundador, Mark Zuckerberg, tendrá que esperar hasta mayo para celebrar su mayoría de edad astrológica, su cumpleaños número 29, sabiendo que ha cambiado la vida cotidiana del millones de personas alrededor del mundo y en muchos casos para siempre, declarando “lo que Facebook ha unido, que no lo separe el hombre”.

Sarabjit Kaur

Cecilia Vadell

22 de enero 2013


Featured Posts
Recent Posts
Search By Tags
No tags yet.
Follow Us
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page